Politics

10 de octubre de 2012

En cada cambio, una oportunidad

¿Qué? ¿Hablamos de los cambios? ¿Por qué nos dan tanto miedo? ¿Cómo los afrontamos?

By: clari_se (instagram)


Saltaban (ya) ranas, el otro día, charlando con Noemí bajo la lluvia, cuando por fin decidimos cerrar el tema estrella de nuestras conversaciones: el miedo al cambio.

Hacía escasos meses, su vida había dado un giro de 180° (giros típicos). Toda mona, ella, formaba parte de una estructura familiar tradicional. De aquellas perfectas, que parecen salir de un cuento de hadas del que imaginar que algún día pudiera aparecer la bruja malvada que anula la historia, es casi imposible.
Noemí rompía con la biografía que había construido durante años. Conductas y modos de actuación que le acompañaron en su lucha por el día a día. Experiencias con las que había reído y llorado. 
Sentía nostalgia en su conjunto, pero tampoco se planteaba retroceder. Lamentaba aquél cambio que se le presentaba. Era como obligarse a renovar de lentes cuando la lectura se vuelve borrosa. Siempre se echan de menos aquellas viejas. Una les coge cariño. 

¿Qué hacer frente a ese mar de dudas que no dejaban avanzar sus proyectos? Hablamos horas y horas sin llegar a una meta final. Simplemente se dejó llevar. Pasó momentos de desconcierto, pero se presentaron otros de asombro.

Aquello que se le antojaba ser duro, ahora, lo ha transformado en una brillante oportunidad que le ha hecho despertar. Ahora, ha comprendido. Acepta los cambios como la señal de un regalo que le está esperando. Al fin y al cabo, ya lo dicen, todos los cambios son para mejor.

- "En cada cambio, existe una mejora. Aquello que no quieres porqué no te gusta, no te complace, lo cambias por algo que mejore o supere lo anterior. Hay cambios constantes. La mayoría se presentan sin avisar, para confirmarnos que hay un objetivo más en la perspectiva que nos habíamos marcado. Algunos podrán darse repetidas veces, otros, quedarán como están. Pero llegará el momento en que habrás encontrado aquello que buscabas. Estoy convencida"

Esas fueron sus palabras. Después de todo, cada superación tiene su reflexión. Me quedo con su vivencia, con su granito de arena a los posibles cambios que se puedan presentar y deseo transmitiros algo similar para los vuestros.



18 de septiembre de 2012

Love x 1000


Love, Love, Love, Love, Love, Love, Love, Love....

Un bucle sin fin. Repetiría mil veces. Inventaría otras mil formas de decirlo y sentirlo.

I'm living with love.

Párate un momento. Escucha. Siente. Piensa. Y que nadie, nadie te apague.

¿What is love?

Explóralo. Vívelo ahora. Despierta tus sentidos con "Angels". Love x 1000.



16 de septiembre de 2012

Más sonrisas y menos fruncidos de ceja


Sale a la luz mi libro de estilo, cuando me cruzo con la cultura de la competencia en el minuto 0 de conocer a alguien.

Si bien es cierto, 'es lo que se lleva'. Pero yo, que siempre intento darle un poco de ambiente a la ocasión, he de confesar que estoy en desacuerdo con formar parte de este clan. Me molesta la competencia y los competidores. 

Sigo alucinando pepinillos cuando aparece delante de mí esa dichosa actitud. Ese modo de actuación que reúne miles de adjetivos y que no deja el mínimo espacio a la autenticidad. Vivimos además, aceptando la aliada perfecta a esa cultura tan negra, la envidia. Me molesta la envidia y los envidiosos. Con ella, y con el miedo a quedarnos pequeños, pequeños, frente a los demás, olvidamos disfrutar de los momentos más especiales, para tachar personas, actitudes o experiencias de otros. Como veis, escasean los términos bonitos.

El mundo es una explosión en sí, y por consiguiente, todo lo que habita en él, también. Pero, ¿qué pasaría si nos preocupáramos más en analizar nuestras actuaciones, o en no mirar tanto a los demás? Quizá conseguiríamos regalar más sonrisas y menos fruncidos de ceja.

Si se es más sensible frente a estas actitudes, existen dos opciones, o tres, o muchas (depende): crearse una burbuja propia; vivir enfrentados, siempre; ser un poco más humanos e intentar actuar desde el respeto, o repetirnos: “Si hay que jugar, yo voto por la competición amistosa”.

Todos tenemos nuestro lado más amable, más tierno, más nuestro, así que, el secreto está en mostrarlo, ofrecerlo sin miedo. No en sacar la parte más oscura de nuestro cuerpecito. Y recordad, si alguna vez os topáis con actitudes semejantes y os cuesta huir de ellas... ¡tirad del chocolate! ¡Nunca os fallará!

Desde el más sincero “champi”, ¡yo, no compito! Buenas noches, y buena suerte.